Tras el aviso del conductor de un vehículo estacionado en el centro comercial de San Isidro sobre una varilla de metal que emergía de entre los adoquines de la calle, la Policía descubrió la existencia de un túnel que conecta una sucursal del Banco Macro con un depósito, distante a 150 metros, que permanecía cerrado y tapiado.
El hallazgo ocurrió ayer, luego que un repartidor de mercadería alertó sobre la existencia de la varilla ya que tocada el chasis de su automóvil estacionado sobre Chacabuco al 400. Los primeros avisos llegaron al personal de la seguridad de la sede bancaria y, posteriormente, a las fuerzas policiales.
Se realizó una inspección dentro del edificio de Banco Macro y no detectaron anomalías. No obstante, el personal policial inició un trabajo de excavación sobre la calzada ya que al sacar la varilla de hierro clavada estableció que estaba conectada por tramos por un largo de aproximadamente tres metros de profundidad.
Fuentes policiales señalaron que, luego, dieron con la existencia del túnel que se extendía por 150 metros por debajo de Chacabuco y desembocada en un predio donde hay una construcción abandonada en la que funcionó, hasta hace dos años, un taller mecánico.
Vecinos y comerciantes de la zona aseguraron que desde noviembre observaron movimientos en el lugar, donde varias personas entraban y salían. Sobre todo, en las últimas semanas manifestaron que vieron que retiraban escombros con bolsas.