El Obelisco, la postal de Buenos Aires para el mundo, cambió para siempre. Terminó la obra del ascensor, ya se puede subir y tener las mejores panorámicas desde el mirador más importante de la Ciudad.
Desde su inauguración en 1936, gobernaron la Ciudad 34 intendentes y 6 Jefes de Gobierno. Finalmente se completó el proyecto del arquitecto tucumano Alberto Prebisch. Para llegar a los 67,5 metros de altura se instaló un ascensor con un lado vidriado y otro con una pantalla. Se sube en un minuto.
“Este gran proyecto de ingeniería revaloriza uno de los símbolos porteños. El mirador panorámico es un nuevo atractivo turístico que cambiará la manera de ver nuestra Ciudad y su patrimonio, como en las grandes metrópolis del mundo”, dijo el Jefe de Gobierno, Jorge Macri en el monumento, junto a su esposa, la periodista María Belén Ludueña. También lo acompañaron la Vicejefa de Gobierno, Clara Muzzio; el ministro de Espacio Público, Ignacio Baistrocchi y el Presidente del Ente de Turismo de la Ciudad, Valentín Díaz Gilligan.
Al Obelisco se entra desde la Plaza de la República y se accede al ascensor a través de 8 escalones. El ascensor está sostenido mediante un sistema de anclajes. Y hay una escalera metálica alrededor para casos de emergencia. "Lo que hace especial este lugar es la vista. No hay otro punto en la Ciudad desde donde se pueda verla así”, dijo la vicejefa Clara Muzzio.
Al bajar del ascensor hay que subir 35 escalones para llegar al mirador. Ahí están las cuatro ventanas para disfrutar las vistas de la Ciudad. “El ascensor se instaló sin afectar en absoluto al monumento. Acondicionamos instalaciones eléctricas y adaptamos el piso para fijar la escalera caracol y la estructura metálica, mientras que el ascensor entró por partes y se armó adentro, porque la puerta original es el único punto de ingreso”, resumió Ignacio Baistrocchi, ministro de Espacio Público e Higiene Urbana.